sábado, 9 de marzo de 2013

Sin límites

¡Di que sí! Que la imaginación se puede elevar hasta el cielo, que no tenemos límites, que podemos. Vivimos en tierra de nadie y eso nos permite soñar, volar, aspirar a algo más.
Por momentos podemos sentirnos sin fuerzas para continuar, porque existe esa niebla que se resiste a marchar: pero dicen que "al mal tiempo, buena cara". Y, siempre habrá alguien que se alegre de verte, porque una sonrisa al revés siempre se puede borrar. Claros momentos en los que el cuerpo se puede desvanecer en cenizas al viento, momentos en los que necesitamos de sosiego, en los que quisiéramos volar como pájaro sin alas y aterrizar en el séptimo cielo. Pero,  ¿por qué no? Una pregunta tal elemental como misteriosa para la cual la mayoría de las veces no encontramos respuesta. ¡Vuela! Sí, hazlo y alcanza tu meta. Aspira al cielo, a las nubes, al universo: porque se pueden alcanzar las estrellas y la luna, tener el firmamento entero a tus pies.

domingo, 3 de marzo de 2013

Es solo cuestión de tiempo...

¿Alguien se ha planteado alguna vez que vivimos en un mundo poco original? Nos dejamos llevar y es que en la actualidad, el mayor delito es ser uno mismo. Nos juzgan y juzgamos por todo. Nos comportamos como seres verdaderamente inconformistas, nos quejamos y quejamos sin cesar.
Y es que algo estamos haciendo mal, ¿no? El ser humano se acostumbra a todo, hasta a las mayores atrocidades y en parte es bueno pero, puede no serlo, también.
Hoy reflexionemos en lo que hacemos diariamente: lo que nos gusta, con lo que estamos de acuerdo y con lo que no, lo que aceptamos, lo que ignoramos... ¿Podemos empezar a darnos cuenta de que somos copias? Víctimas de una sociedad que nos oprime y nos machaca. Títeres de la moda y la publicidad. Estamos superando el último nivel, y queremos sobrepasarlo.

Un sueño y nada

Soñé con nada, la nada misma en la que te encuentras por momentos o en la que te encierras. Fue el mejor sueño, me encontraba en un lugar solitario donde solo existía yo. Un lugar en el que no había guerras, pobreza, política… Pero sí había una paz inmensa. Daba la sensación de que todo allí era perfecto porque no había nada, pero a la vez estaba todo. Donde disfruté del placer de volar, de la euforia de sentirme por encima de todos los quebraderos de cabeza y las obligaciones. No era un lugar bonito ni lujoso para fotografiar, era la nada misma, ese sitio con el que sueñas, con el que soñé yo. Allí no existían los problemas, el egoísmo porque, no había nada. Ese espacio que no existe pero en el que todo el mundo quiere estar, la nada misma. Y sí, te parece que estás soñando, pero te das cuenta de que es un sueño despierto con ese lugar donde te gustaría que fuese tu vida, pero… Fin del sueño.