¡Di que sí! Que la imaginación se puede elevar hasta el cielo, que no tenemos límites, que podemos. Vivimos en tierra de nadie y eso nos permite soñar, volar, aspirar a algo más.
Por momentos podemos sentirnos sin fuerzas para continuar, porque existe esa niebla que se resiste a marchar: pero dicen que "al mal tiempo, buena cara". Y, siempre habrá alguien que se alegre de verte, porque una sonrisa al revés siempre se puede borrar. Claros momentos en los que el cuerpo se puede desvanecer en cenizas al viento, momentos en los que necesitamos de sosiego, en los que quisiéramos volar como pájaro sin alas y aterrizar en el séptimo cielo. Pero, ¿por qué no? Una pregunta tal elemental como misteriosa para la cual la mayoría de las veces no encontramos respuesta. ¡Vuela! Sí, hazlo y alcanza tu meta. Aspira al cielo, a las nubes, al universo: porque se pueden alcanzar las estrellas y la luna, tener el firmamento entero a tus pies.
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