Solo esperaban el día en el que volvieran a verse después de casi un año. Compartir sonrisas de nuevo, revivir su primer encuentro. El día en el que podrían abrazarse con fuerza, besarse sin pudor, acariciarse de la manera más frágil... Sentirse el uno al otro. Tocar la bonita melodía de sus cuerpos. Vivir cada respiración. Identificar su olor. Amarse.
Y ser, al fin, felices.
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