Preguntémonos, preguntémonos el por qué un padre maltrata a sus hijos, a su esposa, o viceversa. Preguntémonos qué ganamos y reflexionemos en lo que perdemos. ¿De verdad vale la pena hacerlo? ¿Merece la pena hacer sufrir a tu familia, verla perder la sonrisa poco a poco?
Un tema el cual tratar y valorar en muchos aspectos, un tema del que hablar "largo y tendido".
Valoraríamos y calificaríamos a estas personas con miles de adjetivos despectivos, pero no es la cuestión. La cuestión es la felicidad, no robarla y desarmarla como un folio en puros tachones. Se trata de hacer ver a las familias que la vida es una sonrisa y no, no eso a lo que muchos están sometidos. Se trata de hacerles ver lo bonito que se siente haciendo felices a aquellos a los que queremos y a los que no, también. Se trata de buscar la felicidad, que el maltrato no es el camino idóneo para encontrarla. Porque la vida se basa en eso: en reír sin darte cuenta, en soñar despierta. Ojalá consigamos que todos, poco a poco, entremos en casa con una sonrisa y no con ese miedo que todos podríamos llegar a sufrir. Irnos de aquí, con una copa de vino en una mano, chocolate en la otra, derrapando y gritando: ¡Guau, qué viaje!
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